¿Qué pasaría si hubiera una práctica que pudiera reducir su miedo, calmar su ansiedad y amortiguar su estrés mientras lucha a través de la crisis del COVID-19?
De hecho, existe tal tratamiento y se llama «autocompasión». Los investigadores comenzaron a descubrir los beneficios de la autocompasión hace más de una década, y durante la pandemia el concepto se ha vuelto más conocido. Las universidades y otras organizaciones han ofrecido eventos de autocompasión, consejos y capacitaciones para ayudar a los estudiantes y empleados a sobrellevar la situación. Y los resultados iniciales sugieren que estos esfuerzos han dado sus frutos. Los estudios realizados desde el comienzo de la pandemia han demostrado que, si bien la autocompasión no puede combatir un virus, es sorprendentemente eficaz para ayudarnos a desarrollar la resiliencia y encontrar un mayor bienestar mental y físico en general.
Entonces, ¿qué nos impide practicar la autocompasión?
Los estudios sugieren que si bien los líderes, y los líderes impulsados por valores en particular, tienen mucho que ganar con la autocompasión, pueden dudar en practicarla.
La razón es simple: creemos que debemos ser duros con nosotros mismos para motivarnos a ser más éticos. Sin embargo, la investigación muestra que es todo lo contrario: la autocompasión en realidad proporciona más motivación para la mejora moral.
Para ver por qué este es el caso, necesitamos comprender más sobre qué es la autocompasión y qué no es.
La autocompasión no es la autoestima
Hace décadas, muchos psicólogos creían que la autoestima era el eje de la salud mental. Muchos de ellos sugirieron que deberíamos apuntar a aumentar nuestra autoestima directamente.
Estos esfuerzos pueden haber contribuido a lo que algunos han llamado una «epidemia de narcisismo». Y además, pueden envalentonar algunas de nuestras peores tendencias. Suelen reforzar la idea de que no necesitamos mejorar nuestro carácter porque ya somos mejores que la media. Y también pueden animarnos a vernos a nosotros mismos como excepcionalmente especiales al menospreciar a los demás.
Sin embargo, la autocompasión es muy diferente de la autoestima en tres aspectos importantes:
1. Atención plena («Mindfulness»).
Mientras que podríamos tratar de aumentar nuestra autoestima ignorando nuestras fallas o explicándolas, la autocompasión comienza reconociendo conscientemente nuestras fallas y el sufrimiento que causan.
2. Humanidad común.
En lugar de vernos a nosotros mismos como excepcionalmente especiales y diferentes de los demás, deberíamos alejarnos y ver nuestras luchas como luchas humanas. Al igual que otros, somos merecedores de bondad, incluso cuando cometemos errores o nos quedamos cortos.
3. Auto bondad.
En lugar de quedarnos estancados en una rutina de dura autocrítica, debemos insistir en tener una actitud amable y afectuosa hacia nosotros mismos. Esto no significa que nos estemos librando del apuro. Significa que estamos viendo nuestras debilidades por lo que son en lugar de negarlas o exagerarlas.
La autocompasión permite la superación personal
En un influyente estudio sobre la autocompasión, los investigadores de UC Berkeley descubrieron que, lejos de reducir nuestra motivación para hacerlo mejor y ser mejores, la autocompasión aumentaba la motivación de superación personal en todos los ámbitos.
Los investigadores reclutaron participantes del estudio que habían experimentado algún tipo de fracaso o retroceso personal. Ayudaron a los participantes a practicar la autocompasión y compararon las motivaciones de los participantes con otros grupos que no recibieron ninguna ayuda o que se les pidió que se centraran en la autoestima. La autocompasión ayudó a los participantes a reconocer su capacidad para cambiar. Ayudó a los participantes que habían hecho daño a alguien a encontrar la motivación para cambiar sus costumbres y hacer las paces. Y también ayudó a los participantes a encontrar la motivación para mejorar de otras formas, por ejemplo, después de fallar en una prueba.
Estos hallazgos, dicen los investigadores, revelan una paradoja: «el fracaso personal puede hacer que las personas estén más motivadas para superarse». Pero para aprovechar el poder de nuestros fracasos, necesitamos la autocompasión para ayudarnos a identificarlos, verlos por lo que son y reconocer que tenemos el poder de hacerlo mejor.
La autocompasión nos ayuda a librarnos de la vergüenza, no de la culpa. «Con la culpa», explican Taya Cohen y sus colegas, «el enfoque está en el comportamiento de uno (‘Hice algo malo’), mientras que, con la vergüenza, el enfoque está en uno mismo (‘Soy una mala persona’) . » Las personas propensas a la culpa son una ventaja. Es probable que reconozcan el mal comportamiento y sientan una fuerte motivación para corregirlo. Las personas propensas a la vergüenza operan de manera diferente. Cuando cometen un error, tienden a verse a sí mismos como malos. En lugar de buscar enmendar las cosas, tienden a alejarse de la situación por completo.
Ponlo en practica
Fracasa mejor.
El fracaso es inevitable, especialmente durante tiempos difíciles. Los líderes están experimentando «estrés moral» debido a todas las demandas competitivas que se les imponen. Empiece por ser realista. Espere que a veces fracase. La perfección nunca es una opción, pero el progreso siempre lo es.
Tómate un descanso de la autocompasión.
La forma más sencilla de practicar la autocompasión es centrarse en los tres elementos mentos descritos anteriormente. Preste atención a sus fracasos y dificultades. Véalos como parte de una lucha humana común. Y resuelve acercarte a ti mismo con amabilidad. Esta simple práctica, que solo toma unos minutos, es suficiente para experimentar efectos tangibles.
Hazte amigo de ti mismo.
Una idea clave de la investigación de la autocompasión es que simplemente debemos mostrarnos la misma amabilidad que mostraríamos a un buen amigo. Los expertos recomiendan imaginar y / o escribir sobre cómo trataríamos a un amigo que se encuentra en nuestra situación. Hacerlo puede ayudarnos a obtener la perspectiva correcta, una que sea equilibrada en lugar de demasiado dura o demasiado indulgente.
La investigación de la autocompasión puede salvarnos de una visión demasiado estrecha de la motivación, una que dice que mejoramos solo siendo duros e intransigentes con nosotros mismos y los demás. Al adoptar una visión más amplia, podemos ayudar a construir un mundo más amable. Y podemos empezar siendo amables con nosotros mismos.
Traducido por: Kristie Salas
Fuente:
Beasley, B. (n.d.). Want to be a compassionate leader? Start with self-compassion. Retrieved February 01, 2021, from https://ethicalleadership.nd.edu/news/want-to-be-a-compassionate-leader-start-with-self-compassion/